en los canales de amsterdam he empeñado mi corazón
Nos han hecho una reseña, lectores queridos, glosistas de ámsterdam, en una publicación holandesa. Se dice entre otras cosas que el autor (principal, quieren decir), a quien dan el nombre de Laura - que adopté al vuelo - tiene una relación de amor y odio con esta tierra entre canales (como casi todos los hispanos que aquí vivimos, dice el reseñista). Y he estado pensando.
Yo adoro esta ciudad. Después de años habitándola, me fascina aún. Casi todos los días. Además siempre veo cosas nuevas (mi teoría: al ser todo tan reducido, minimalista, lógicamente distingues muchos más puntos). Toma Utrechtsestraat: escaparate junto a escaparate de 1 metro, metro y medio, 2 metros máximo cada uno, con divisorias o intersecciones enanas, de donde surgen, en pocos centímetros, un tallado en madera, un parterrito mínimo, etc.)
Diré que se experimentan cosas feas también: vecinos nazis (con perdón), ya todos saben. Pero no odio yo esta ciudad por él. Ni por la ministra Verdonk. Ni por Balkenende. Ya quisieran muchos. Ya quisieran muchos oírme decir que no me gustan sus canales ni sus lucecitas al anochecer ni los ecos de sus acordeones ni su lengua. Quisieran oírlo para gritarme VETE ENTONCES.
Yo espero aún que los liberales de esta ciudad despierten a tiempo. Los verdaderos liberales, no los que hoy se hacen llamar así, que están envenenando el ambiente.
Yo adoro esta ciudad. Después de años habitándola, me fascina aún. Casi todos los días. Además siempre veo cosas nuevas (mi teoría: al ser todo tan reducido, minimalista, lógicamente distingues muchos más puntos). Toma Utrechtsestraat: escaparate junto a escaparate de 1 metro, metro y medio, 2 metros máximo cada uno, con divisorias o intersecciones enanas, de donde surgen, en pocos centímetros, un tallado en madera, un parterrito mínimo, etc.)
Diré que se experimentan cosas feas también: vecinos nazis (con perdón), ya todos saben. Pero no odio yo esta ciudad por él. Ni por la ministra Verdonk. Ni por Balkenende. Ya quisieran muchos. Ya quisieran muchos oírme decir que no me gustan sus canales ni sus lucecitas al anochecer ni los ecos de sus acordeones ni su lengua. Quisieran oírlo para gritarme VETE ENTONCES.
Yo espero aún que los liberales de esta ciudad despierten a tiempo. Los verdaderos liberales, no los que hoy se hacen llamar así, que están envenenando el ambiente.
13 comentarios
bartolo -
bartolo -
bartolo -
bartolo -
bartolo -
bartolo -
l -
l -
marxistas y liberales son primos hermanos. anarquistas, necesarios; los negros y acastañados son firmes y verdadeiros. los gatos pelirrojos sólo pueden ser varones. y para nachos, vidal.
l -
luis -
luis -
ric -
ric -
Cuando llegué a Amsterdam, en el Jordaan la gente andaba con zuecos y traje típico, no vendían diarios extranjeros, no existía el capuchino. Nadie conocía el café espresso. Creo que ningún autor holandés había sido traducido nunca al español!