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ámsterdam del alma

nosotras, las alóctonas


Estuve esperando a una niña de 17 años en la puerta de mi antigua casa. Algunas cosas quedan parece aún mías ahí dentro. Ella se ha hecho mayor. Hija de latina. Igualita que ella, pero en blanquita. Nació en Holanda hace 17 años. Es bilingüe, bicultural, tralalá. Quiere decidir qué estudiar trabajando de camarera. Mi casa, como diría una amiga, lleva buen karma. Me alegro: que sea mi aporte a la dote.

No sé si sabrá la muchacha que, por mucho que su pasaporte es holandés, por mucho que su primera lengua es el holandés, por mucho que su padre sea holandés, por mucho que haya nacido aquí… sigue siendo extranjera. Es, como yo, alóctona, como nos llaman desde el Estado. Yo, de primera generación; ella de segunda. Este gobierno gusta de usar el concepto. Conozco a otra holandesa, hija de holandesa y de español, nacida aquí, criada aquí; y pues lo mismo: tiene pasaporte holandés -debió explícitamente renunciar al documento español- y, sin embargo, es extranjera. Extranjero en Holanda es todo aquel que, viviendo en el país, tiene al menos un progenitor nacido fuera de las fronteras del reino de Orange.

Para qué les sirve la distinción -se preguntarán. Todos nos lo preguntamos. Algunos dicen que el gobierno es nazi, porque hay cosas de él que recuerdan los usos de Hitler, que llevaba un registro de algunos grupos de la población (judíos, gitanos, homosexuales, lisiados, anarquistas…). Pero para qué quiere este gobierno sus registros de moros, turcos, etc… no sabemos. Te engañan además a la hora de recopilar estos datos, con lo que sospecha uno muchísimo de sus intenciones, carajo. He oído historias de personas a quienes, antes de firmar un contrato, les han pedido que rellenen un formulario sobre el origen de sus padres. A pie de página se indica que los datos son necesarios, haciendo creer al lector desprevenido que es poco menos que obligatorio proporcionar la información que piden para ser aceptado en el trabajo. Trampa. La maniobra es ilegal.

Pensaba yo estas cosas mientras se me ponían los pies fríos en un banco de la plaza-vergel que está delante de la ahora ya su casa. Cuarenta y cinco minutos pensando además en cómo pasa el tiempo, o en sus pecas, tan oscuras -esas sí- como la piel de su madre; que sí que es latina. Bien latina: de las que tarda y tarda antes de llegar a una cita. Y ahí ya me estoy yendo. Tengo que llamar a la criatura, no vaya a ser que le pasó algo. Sea todo sólo pecadillo alóctono.

6 comentarios

Raquel -

Que bien se come de restaurante
cuanta miseria pa el emigrante
"Celtas cortos"

Nerea -

Siento si molestó mi opinión sobre la tolerancia y hospitalidad holandesa, no sé, mas bien me refería a lo que dice Ricky. Amsterdam es 50% nacional y sí que hay recelos contra ciertos grupos étnicos pero ni comparación a como estamos en España. Sólo un dato, en la semana qe pasé allí en Agosto no probé mas que una comida 100% holandesa: "Frikandel" y una croqueta con pan. Nuestro amigo holandés nos aseguró qe no habia mucho mas que fuese típico de allí. En cambio, si que comí bastante comida turca e indonesia.

Por cierto muchas gracias por entrar en mi blog, me has alegrado el día, aunque tendré que solucionar ese problemilla de los comentarios. Para mí esto es nuevo y no sé manejarme aun.

Me encanta esta bitácora y espero seguir aprendiendo de vosotros.

ricky -

La hija de Hitler llamamos aquí a la... señora Verdonk. Pero en Amsterdam sí que es diferente. El 50% somos extranjeros. Los latinos somos un poquitín menos extranjeros que otros. Los más extranjeros de todos tienen que ser los moros, dice la hija de Hitler.

pepa -

El gobierno holandés vive de rentas en cuanto a eso de que Holanda es tolerante.

pepa -

Los derechos de los extranjeros claro que ya se han visto mermados. No han gaseado a nadie, eso no. Imagino que no ocurrirá. Pero es que sólo eso es mermarte? Desde el gobierno, no obstante, se hace todo intento por criminalizar a algunos grupos étnicos. Es continuo el acoso. El primer ministro insiste en que los valores de los extranjeros son dudosos. La ministra de extranjería, que es la más activa en dictar políticas, está precisamente en este momento intentando hacer pasar por legal una distinción entre tipos de ciudadanos (holandeses de padres nacidos en Holanda y holandeses de padres no nacidos en Holanda). Con ello se viola el principio de igualdad ante la ley que desde la constitución se intenta garantizar. Etc.
No me inquieta que me ingresen en un campo de concentración. Me inquieta que se pisoteen los derechos cuya defensa se recoge en diversas leyes, europeas, internacionales y también holandesas. Y que se parecen a los nazis: sí. Odín no ha muerto.
Nerea, gracias por tu atención. Sabías, por cierto, que en tu blog no se pueden dejar comentarios?
Saludos

Nerea -

Acabo de descubrir este blog, me gusta tanto la forma como el contenido del mensaje.
No sé si el gobierno holandés conserva resquicios de una, más que vergonzosa, influencia nazi, de todas formas yo no creo que sea así.
He visitado Amsterdam y tengo amigos "autóctonos" (sí, como los alcornoques son árboles autóctonos de España..) y la verdad es que sorprende la tolerancia que existe en esa ciudad (no puedo decir que sea extensible a todo el país), pero más que una cualidad, la tolerancia allí parece ser el modo de vida holandés. Espero no equivocarme, y enterarme cualquier día leyendo uno de tus comentarios que tus derechos no se han visto mermados por pertenecer a una "clase" tan popular, e injustamente mal considerada (en algunos paises) como la de los alóctonos.