la fiebre de mister holland
"Lucky Mike surprises Holland", dice una revista americana. Lunes, miércoles y viernes se folla a una muñequita que le echan. A 27 euros venden en Holanda cada paja (entiéndase pitillo, cilindrito: donde se almacena el semen). Su dueño se hace de oro. El año pasado vendió 128.000. Cualquier vaca del planeta necesita como 1,8 de esas pajas para quedarse embarazada. Tendrá luego retoños tan bellos como su padre. Y eso es lo que vende hoy. Con el semen de Sunny Boy, Celsius y otros famosos toros frisones de antaño se engendraron vacas que han dado a Holanda gran renombre internacional como productora de tetonas. Se acabó aquello. Ahora lo que cuenta es la imagen, unas patas fuertes como las de Lucky Mike, un brillo como el de su lomo, que ciega al contacto con los rayos de sol.
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Anónimo -