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ámsterdam del alma

la coca africana

En las inmediaciones de la ciudad, el visitante curioso se topará con el pueblo de Uithoorn. Allí se vende catha edulis, también llamada khata, kat, té de los abisinos, o la cocaína de África oriental. En Holanda es legal su consumo y tráfico. No así en el resto del mundo occidental. A diario llegan de todos los rincones del planeta mafiosos, de mayor o menor calibre, y se adentran en las calles de este pueblo, donde somalíes y etíopes (principalmente) tienen montado el negocio del siglo.
El efecto de esta especie de anfeta es, pues, parecido al de la cocaína. Te pones eufórico y charlatán. Ellos cuentan que también se ponen más cachondos; no así ellas, que prefieren bailar y acompañar en general sus reuniones viciosas con música. Ellos aprovechan para hacer negocios. O escriben poesía, de lo creativos que se sienten lingüísticamente. Todos deberán esperar para soltarse a que pasen 15 minutos, que es cuando empieza a hacer efecto el vegetal; si bien cuando lo notas a full es a las dos horas. Y la mascan –la guardan-, a la alcalinosa hoja, de modo parecido a como uno cobija con los quechuas las hojas de coquita. Se pueden pasar 24 horas a gusto. Luego llegarán un par de horas de ligera depresión y melancolía.

2 comentarios

matias -

las drogas son malas dicen pero estoy bien con ellas

corsaria -

Curioso. :-)