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ámsterdam del alma

deficiente gay parade

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Deficiente el Gay Parade de nuevo. Todos pensábamos que este año iban a esmerarse, pues estaba en cuestión la continuación de esta fiesta. Pero ná (para mi entender). Creo que tiene que ver con cómo entienden el festejo por estos lares. Se trata de subir el volumen, he venido observando. Los estudiantes en la calle pegan gritos los fines de semana, bajo el efecto de la cerveza. Así disfrutan. Y días como hoy, en que tocaba mostrar caravana votiva, lo llamativo ha sido el alto volumen al que cada uno de los barcos participantes ponía sus máquinas de sonido, con músicas discotequeras, nostálgicas, glamorosas y –sobre todo- minimalistas electrónicas.
En cuanto a la gráfica, penoso el panorama. Los barcos participantes, en su gran mayoría, no iban adornados. Una triste tela de carnaval inmensa de proa a popa. Mayormente veías trotar sin entreno a hombres –más- y mujeres. Uno de los premios era a la coreografía, entendiéndose por coreografía al parecer tabla de gimnasia para baldados. Dios, que se me va la lengua. Igual, salí de casa con una camisa preciosa rosa con entretejidos hilos plateados brillantísima. Soy bien religiosa cuando quiero. Y respetuosa, y me emociono cuando la gente sanamente opta por reír y divertirse en amor y compaña. Si me apuran diré que tengo bastante de sacerdotisa. Y que la gente se pone alegre conmigo, y le dan ganas de bailar. En fin, no iba prejuiciada a inspeccionar el ambiente. Pero, de verdad, faltaba imagen, coordinación de movimientos, decoración adecuada, pensada. No había inversión de ningún tipo. Ciertamente no se puede comparar con la fiesta del pueblo más pequeño de España, o Portugal, o de allende los mares en la zona católica. El premio al barco grande más guapo sin duda debió de ir a parar a uno en que instalaron a una mujer abierta de patas hinchable inmensa.

Iniciaron la alegre caravana con la foto -como tamaño A0- de los dos iraníes homosexuales recientemente ahorcados; cuerda al cuello. Sobre un barquito al que habían cubierto con una tela de sábana blanca; con flores rosas a la popa. Se le ocurrió al organizador, que salió luego por televisión orgulloso de tener la sensibilidad de acordarse de caso tan horrible.
Cuál será el efecto para el alma de semejante choque de emociones. Como mezcla de carnaval con semana santa. O como la despistada que llega al cole con un huevo vaciado y vuelto a llenar con serpentinas para cascárselo a la primera que se ponga a tiro, un miércoles de ceniza.

1 comentario

sulaco -

Después de cinco años en el país, esta fue la segunda vez que he visto la dichosa cabalgata. Me pillo de refilón puesto que gracias a este espectacular verano y con todos los colegas de vacaciones, sólo me quedaba la opción de ir al cine y para ello me vine a Muntplein.
Vi una hora y tomé un montón de fotos. Me dio la impresión que es una cabalgata para promocionar empresas y servicios y que de vez en cuando hay homosexuales.