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ámsterdam del alma

los malhablados

los malhablados Oigo conversación entre políticos sobre el corto Van Goh-Hirsi. Dice uno que conoce a un turco que le dijo que en Turquía hace ya bastante hicieron un vídeo musical donde muestran algo similar a lo que se muestra en Submission, vale decir: la espalda de una mujer caligrafiada con textos del corán. Y que ‘no ocurrió nada en la sociedad'. ‘Claro pero es que no es lo mismo Turquía que Marruecos', dice otro de los políticos, que supuestamente representa a cierta cantidad de ciudadanos holandeses.

A quién representa, se preguntarán: a los tontos? A los inmorales?

Vivimos un momento en que la lengua se usa mal; muy mal. Y vivimos en Holanda, no en Marruecos, señor político, charlatán indecente. En Holanda es donde ‘la sociedad' ha visto el vídeo de los pendencieros, no en Marruecos. En Holanda alguien ha dicho haber matado entre otras cosas porque el vídeo de marras le pareció inadmisible. Alguien; sg.: una persona. Mohamed B. Nadie más. No más personas. No marroquíes. Menos el reino de Marruecos.

¿Se acuerdan de la época que le tocó vivir a Sócrates?

II
No mencioné el partido al que pertenece el lumbreras. No importa.

¿Se han enterado de lo que acaba de pasar en Hungría? Durante la Segunda Guerra tuvo que marcharse del país un montón de gente. Perdieron la nacionalidad. Viven aún en el extranjero. La oposición propone ahora otorgársela de nuevo Y la izquierda se opone. La izquierda se opone. La derecha lo propone.
Temen que llegue una avalancha de ‘emigrantes' al país.

En Holanda el PvdA, lo que serían los laboristas, tradicionalmente un partido caracterizado por ser sensible a los problemas de los trabajadores, de los grupos menos favorecidos, lleva años proponiendo medidas de claro corte nazi (discriminar entre inmigrantes listos y tontos; así, prohibir matrimonios con extranjeros analfabetos, y etc en esa línea). Lo último son las declaraciones del jefe del partido, según las cuales no tiene ningún problema en formar gobierno en el futuro con el líder de extrema derecha, Wilders, amenazado de muerte también, con explicitadas tendencias xenófobas.
Que no se ofendan los que consideren ser ‘de derechas', pero no se espera de un partido laborista que mande a la mierda a la clase obrera, que existe aún, y que en este país proviene de otras latitudes.

Van Thijn, antiguo alcalde de Ámsterdam, -judio, que se libró de la muerte sólo porque cuando viajaba a ser gaseado los maquinistas de nosedonde se pusieron en huelga- y que merece todos mis respetos, lleva años trabajando a la sombra, previniendo a partidos políticos de toda Europa del peligro de un rebrote bestial de la extrema derecha y la xenofobia. Yo misma he traducido sus misivas. El nazismo se disfraza, como en el caso de Wouter Bos, el jefe de los laboristas. Van Thijn rogaba en aquellos documentos a la clase política europea que esté alerta.

Yo también animo a denunciar cualquier signo sospechoso. Un político liberal no lo es porque el nombre de su partido nos remitiera al liberalismo. La lucha por el bienestar social y la justicia no vive de rentas. Es absurda la pavada.
El sinvergüenza de Wouter Bos quiere los votos de la extrema derecha. Y lo declara abiertamente. Cómo podemos admitir algo así. ‘Después del asesinato de Pim Fortuyn cometimos un gran error', dice Bos, y reprocha a su partido haber permitido que los votos del electorado de extrema derecha se les escapasen de las manos. Bos acepta los presupuestos de extrema derecha si se trata de acceder o mantenerse en el poder.

Hay que acabar con ellos. La legislación debiera ser fiera con ellos. Y la sociedad.

1 comentario

JDaniel -

Minetras leía tu post, me venían reflexiones extra-vagantes, esto es, que circulaban a la par de lo que dices. Recordaba por ejemplo el PC en mi país, que es la cosa más fascista y retrógrada que se haya visto. O los cantitos dedicados al político tal, de las izquierdas, del cual se decía: ¡fulano, fulano, fulano no se vende, se alquila o se permuta...etc etc, hijo de p..!
También me acordaba del premio Nóbel John Steinbeck, que en su "Breve reinado de Pipino IV" traza un irónico panorama de la política. Bueno, la política es la cosa pública, y las rameras lo son también, y van al dinero.