Blogia
ámsterdam del alma

de quién son esos huesos

Huesos de muertos: acaban de descubrirlos en el puritito centro de la ciudad. La semana pasada. Resulta que en Rokin 78 van a construir un centro de entretención, Amsterdam Dungeon, sobre la base de una centenaria capilla: la capilla de Nieuwezijds, siglos atrás conocida como la capilla de la Ciudad Santa (que bien podría haber sido el sobrenombre de esta villa, si no hubiera sido por los fundamentalistas cristianos).
En ese lugar se construyó por primera vez un templo –católico- en 1347. Allí se guardó la hostia resistente al fuego que protagonizara el milagro de Ámsterdam, o milagro del vómito, que convirtió a esta ciudad en lugar de peregrinación de católicos de todas partes. El emperador Maximiliano de Austria, que se curó de su enfermedad terrible gracias a las cualidades del templo, y de la hostia-reliquia milagrosa que guardaba entre sus muros, le concedió a la ciudad el privilegio de plasmar la corona imperial en su escudo… Ámsterdam, de la mano de los católicos, estaba cogiendo vuelos muy glamorosos. Los enfermos se curaban y los peregrinos se multiplicaban, así como las fortunas de los amsterdameses, que supieron aprovechar la coyuntura. Hicieron negocios a diestra y siniestra: hoteles, restaurantes, trapicheos de diversa envergadura. Contribuyeron al crecimiento del municipio; que hasta hoy se ve.
(Interesante es que la Compañía de las Indias Orientales (VOC) haya sido creada gracias al milagro del vómito. Fue constituida, la mencionada compañía de piratas, en 1594, por nueve comerciantes que habían hecho su dinero –muchos de ellos- precisamente en esta bonanza vivida por Ámsterdam gracias a la peregrinación que atraía la milagrosa hostia. Sacaron los lugareños ciertamente lo suficiente para invertir en espías y otros funcionarios especializados, que emplearían en conseguir la información y los contactos en Asia de los portugueses y quedarse con todos sus negocios. Y de ahí, a convertir a Ámsterdam en el centro hegemónico de una época dorada, hubo un pasito).

Pero a finales del XIX, el ayuntamiento [que tal vez vio que la milagrosa hostia ya no era necesaria para llenar arcas], dirigido por fundamentalistas cristianos de la tendencia reformada neeralemana (nederduitsch hervormd), decidieron acabar con todo. “Esto sólo es superstición” –dijeron. En 1908 derribaron la centenaria Capilla de la Ciudad Santa, ante la consternación de amsterdameses, holandeses, europeos de todos los puntos. Hubo protestantes [!] incluso, que se adhirieron, significativamente, al culto del milagro del Ámsterdam. Vete tú a saber por qué.

Para 1912 los fundamentalistas ya tenían construido sobre el mismo suelo otro templo, que esta vez era parte de un complejo religioso-comercial-residencial. 2.000 m². Se cansarían de él, sin embargo, para los años 60. Fue usado de mezquita, sala de fiestas, sala de congresos, establecimiento de catering, subasta de bienes inmobiliarios, etc.
Por último lo compró la empresa británica que ahora está construyendo el centro para entretención, Merlin Entertaintment; la que encontró los huesos de los muertos, que está construyendo unas mazmorras (Amsterdam Dungeon), donde mostrará frugal y terroríficamentemente la historia de la ciudad. Mira tú.

Lo que yo me pregunto es de quién son esos huesos. ¿Cómo es que nadie los ha echado de menos? Hace tiempo me encontré con unos turistas españoles desperados por encontrar alguna huella de sus muertos en la ciudad. “Pero si esto estaba lleno de españoles hace unos siglos. ¿Tú te acuerdas de la Guerra de los 80 Años? que duró mucho más, en realidad. Tiene que haber un museo, algo… Son gente que se casó, no sé… tuvo grandísima presencia en esta ciudad”.
Y eran católicos. Sí, yo también me he preguntado siempre dónde están nuestros muertos. Habrá que pasarse a poner alguna velita por Rokin 78 antes de que se convierta en circo de los horrores, no vaya a ser que entre las lápidas empiecen a aparecer nombres sospechosos.

Paulprins fue a hacer sus fotos.

0 comentarios