se nos va la mano

Chris Crane, el muchacho del vídeo, homosexual declarado, director del washington blade sufrió el ataque de un grupo de animales la noche del Día de la Reina. Según declaró nunca habría imaginado que de ser alguna vez atacado por razón de sus tendencias sexuales hubiera ello de ocurrir en esta ciudad. En el momento del ataque el tipo iba agarrado de la mano de su novio; a las 5 de la mañana; por Leidseplein, zona atestada de borrachos a esa hora.
En los medios holandeses, como siempre, se montó la gran alharaca; pues parece que al menos uno de los agresores tenía rasgos marroquíes. Al programa Nova, de gran audiencia, fue invitado el alcalde, para que calmase a la población -esta población, tan proclive a tirarse al chancho pronto- y al que entrevistaron mientras tras él pasaban vídeos y fotos de 200x100 cm. del pobre americano y sus moretones de escándalo. Cómo no, se sacó a colación la política de extranjería.
Y a este respecto último, digo yo: por muy moros que hubieran podido ser los agresores, no pasan de ser delincuentes comunes; como lo eran los rubios aborígenes que mandaron a mi novio al hospital hace un tiempo (porque se le ocurriera defender al negro al que los rubios estaban dando de patadas, como jauría de bestias). Y sí, eran rubios (¿rasgos holandeses, debo decir? ¿rasgos arios?: ¿hay que hablar en esos términos?); y eran taxistas todos ellos (¿habría también que hacer responsable al colectivo de taxistas del delito?).
Cuidadito y con buena letra, que enseguida se nos va la mano.