Blogia
ámsterdam del alma

polis por serenos


Es la segunda vez que yo me entero que pasa: En Ámsterdam los perros llaman a la poli, como quien llama al sereno.
Estoy esperando a que empiece la final entre Grecia y Portugal y me doy cuenta de que llevo rato oyendo ladrar al perro del vecino en la calle. Ya ayer me lo encontré cuando llegué de hacer compras. El tipo se me acercó moviendo el rabo y con la sonrisa de oreja a oreja, y me pidió que le abriera la puerta. Entramos juntos en el portal. Al llegar frente a su puerta me pide que le llame al timbre (creo que le tienen prohibido ladrar dentro del edificio). Lo hago, dos veces, pero nadie abre, conque le digo que le voy a abrir otra vez el portal por si prefiere esperar fuera. Sale. Mientras se cierra la puerta me mira por encima del lomo, sensibilizado por mi complicidad, y se pone a otear luego a derecha e izquierda alzando el hozico, esperando que aparezcan esos amos suyos de horarios inhumanos.
Hoy no quiso repetirse. Llamó a la poli. Cuando asomábamos (yo y mi ocioso vecino de al lado) la cabeza por la ventana, aparcaba el patrullero. Una mujer policía ya estaba frente al portal. Él movía la cola feliz de verla, y saludaba a ladridazos potentes de tiarrón que es al poli que ya salía del vehículo y se acercaba. Palmadita y se queda esperando. Ella sube hasta el tercero y le abre la puerta de casa. Luego la vemos salir con un cuaderno de notas en la mano, poniéndole con la boca el capuchón a un boli.

Y ya me había ocurrido en carnes propias algo así antes. Vivía yo entonces temporalmente en casa de una amiga, que estaba de vacaciones y no se había llevado el perro. Este no aguantaba quedarse solo por mucho tiempo, conque en una ocasión, en que olvidamos el balcón abierto, llamó a la poli también. Y no era la primera vez que lo hacía. Cuentan que a ladridos que conmovían a todo el vecindario. 'Le dimos las codornices que encontramos en el horno', dejaron en una nota sobre el estuche manchado de un cedé. Menos mal que no desprendieron el velcro de la nevera.

3 comentarios

vecino -

Finalmente le abrieron.

vecino -

Perro! Hoy me lo topé en la puerta. Ni siquiera esperó a que abriera. Sí me miró y mientras abría yo la puerta se fue a dar una vuelta por la bicicleta. Así que lo tuve que esperar. Luego entró de lo más digno y subió las escaleras. Llegó a la puerta cerrada de su apartamento y raspó la puerta con las patas. Ruisruishruhs. Nada. Dos ladridos secos, enojones. Guau guau! Otro más. Nada. Un ladrido laaaaargo y más enojado. Yo, que pienso en el olfato de los perros, sé que él sabe que los huevones están dentro y no le quieren abrir. Perro! Ese es un señor reencarnado, por lo menos! También me fijé que llega a horas punta, junto con los demás drogadictos del edificio.
Me dejó impresionado la caradura del perro. Eso se irse a dar una vuelta mientras el valet espera con la puerta abierta. El colmo!

flaca -

Gracias por haber visitado mi blog. Te aclaraba en los comments que no estoy en esas fotos debido a que fueron tomadas después que yo me vine a vivir a Cd. Juárez y en las que hay de cuando yo estaba no me alcanzo a ver. Bueno, ya lo noté, vives en Amsterdam... ¡Qué genial! Me encantaría vivir en Holanda, pero si a duras penas puedo con el inglés y tendré que aprender francés para cuando me vaya a Canadá, no me imagino teniendo que aprender otro idioma.