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ámsterdam del alma

cosas de cabezas


Esta semana pasada que tanto llovió llegué yo a casa con mi traje de lluvia. Con el culo alzado aparco la bici, y me oigo decir para mis adentros: "No te conviene, idiota, te denuncio a la poli en unos diez minutos. Mamón". Ahí miro hacia un lado y veo que desde detrás de mí llega el vecino delator. Parece que quería darme una patada. Es acoso esto?
El infame y yo experimentamos una sincronización molesta. Salimos y llegamos juntos, sea la hora que sea. Siempre nos encontramos en la escalera. Amenaza romperse la jarrita paseanta.

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