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Un etólogo de animales austriaco, K. Lorenz, a comienzos del siglo pasado descubrió que las aves guardan la primera imagen de ser animado que ven al nacer como la de su progenitor. Todos lo sabíamos. Este señor se dedicaba a recoger en su regazo aves recién nacidas, por lo que se le veía siempre en sus paseos por zonas abiertas rodeado de gansos que revoloteaban escandalosamente sobre su cabeza. Por estas tierras ha habido muy buenos observadores de animales. Nico Tinbergen fue un discípulo y colega holandés de Lorenz. En el 73 les dieron el nóbel por su estudios sobre conducta animal. Tinbergen odiaba dar clases en espacios cerrados. Pertenece a la generación de Levi Strauss. Trabajó en el polo norte, con los esquimales. Estos etólogos en realidad eran como antropólogos o exploradores. No podían ser especialistas, pues estaban ocupados de mil huevadas que nadie conocía y debían registrar, como cuestiones de astronomía. Y en los ochenta llegó Edmundo Magaña, estableciendo el enlace entre las ciencias naturales y las humanas, pues aseguraba que los animales tienen historia. Mantienen relaciones con los grupos humanos y con su medio ambiente. De modo que no hay dos comunidades animales de igual historia, lógicamente. La conducta del cerdo salvaje es distinta dependiendo de su comunidad. En algunas regiones son como pirañas cuando encuentran a un humano, y en otras, sin embargo, se llevan de puta madre con nosotros. Son como hombres a la hora de relacionarse con otros grupos. Mucho en su conducta se basa en historia. Bonito debate fue el de si mienten los animales, por la época de los hippies (muchos investigadores fueron hippies antes que investigadores). ¿Mienten los mamíferos? Si es así, la ética deja de ser reducto exclusivo del ser humano. Y se probó que mienten (en Canadá, con los lobos: la madre loba se asegura de comer bien antes de alimentar a sus cachorros, pues debe estar fuerte para salir a cazar al día siguiente. Si no hay mucho no reparte, deja en ayunas a los chicuelos; y les miente para ello, ahuyentándolos porque viene el coco malo, mientras ella se lo zampa todo. Como en fábula básica). En la época se empezaba a estudiar la lengua de las bestias. Ahora a la academia le empieza a llamar la atención en serio el lenguaje entre plantas.

Y hoy escucho en el telediario español que un científico acaba de descubrir que las aves guardan la primera imagen de ser animado que ven al nacer como la de su progenitor. El presentador de la noticia ponía en la voz un entusiasmo inapropiado. Como si nos hablara de algo nuevo. Qué raro, oye.

2 comentarios

pepa -

gracias, ahora lo cambio ;-)

Amber Hensema -

El hombre se llama Nico Tinbergen, no Nico Timbergen.