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ámsterdam del alma

segundo round

Da gusto salir a la calle y ver que no pasa nada. Todos somos felices en esta bella ciudad.
No pongas la tele: aún se pueden ver debates desgarrados sobre odios intergrupales.

Me siento mejor. He recuperado algo la confianza en mis compatriotas. Afortunadamente no va a triunfar la extrema derecha. Sí creo que es tolerante el holandés; a pesar de las fastiszoides veleidades de tantos capataces de entre sus medios.

Pero tranquilos. Va a haber una purga en el país.

Hoy me entero, por cierto, de que la mayoría de los holandeses, según la agencia De Hond, quiere que vuelva como primer ministro Kok, el laborista aquel que tanto hizo por Holanda. Muchos de los aportes de este país a la libertad del individuo -de los que tanto gustan fardar los holandeses- llegaron de su mano. Él y todo su gabinete luego renunciarían por culpa de la sucia página de Sbrenica (el ejército holandés aún no ha pasado por los tribunales. El comandante responsable de la matanza de miles de musulmanes vive en España, tocándose los huevos al sol).

A pesar de las amenazas de acabar con el estado de derecho por parte del gobierno, me alivia que al fin estén abriendo la boca los liberales. Siempre supe que llegaría el momento. [La revolución no será cruenta]. Por fin la prensa se anima a abordarlos y preguntarles que qué les parece el gobierno y su actuación. Cago en la mar: qué le puede parecer a un amante de la libertad una hilera de cacas a tiro, pinchadas en palos, a modo de piernas y brazos, pretendiendo imponérsete. Que Dios nos los elimine pronto, con ayuda de toda su gran capacidad.

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