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ámsterdam del alma

el klootzak

Incomprensible. No sé que hacer con tanta excitación. El indeseable del vecino.
Llego de hacer compras, lo oigo a unos metros por detrás de mí, mientras aparco la bici. Me está gritando acelerado. Se para a mi lado. No le hablo; no le miro. Levanta el dedo. Me grita cada vez más alto. Levanta los brazos. Me harta. No acepta que no le salude, señores, eso es lo que le pasa. Aunque mi actitud desde lo de la delación ha sido ignorarlo - la razón de su desazón, de su sinrazón, de su proceder ahora - tengo que arañarle, con la voz. "Quieres que llame a la poli", empiezo. Se sobresalta, rebotadísimo. Como lo que yo quiero es sencillamente acabar con el palabreo - no quiero ni verlo - le doy un giro a mi frase, cuando veo que el patudo patético se atraganta con lo que le digo. Yo no quiero provocar xenofobias ni así, y juro que este mamón en ese momento quería echarme del país: "Tú ! Tú llamar a la policía!" etc. Conque le dije, bien llámala tú, pon una queja. Pero pasa de mí, no quiero que me hables. Se cortó. Creo que se acordó de que sería la segunda vez que se quejaría de mí a una instancia oficial. "Pero tienes que comunicarte! Qué te has creído! Así no se va por la vida! Los vecinos se saludan, que no te enteras! Quiero que me expliques por qué no me hablas!", siguió después de un segundo, como un toro.
Miren, este imbecil tiene cargo de conciencia. Y se le acentúa cada vez que me encuentra y ni le miro. Esta vez el sinvergüenza arremetió con violencia. Mi aspecto es afable, soy menuda... y por otra parte soy hispana. Pretende enseñarme cómo han de hacerse las cosas. Mamón. Le dije que se arreglase él sólo los rollos y que por favor no volviese a dirigirme el aliento. Y ahí se quedó, despotricando contra los hispanos, frente a un inocente y amable vecino común, que me abrió la puerta mientras esperaba a un primo suyo para arreglar su nueva moto.

Mi novio le quiere pegar.

Creo que el siguiente paso del delator será acusarme de asocial. Leí que según nueva ley a los asociales se les envía a contenedores de zinc No es broma. Por agraviado tal vez podría quedarse con mi vivienda. Lo considerará - apuesto.

No es la primera vez que han usado la raíz ‘spaans' para intentar agredirme. Curioso. Recuerdo también que un publicista de Ogivly, cuando yo trabajé allí, como chica del lunch hace mucho, usó parecida raíz: ‘spanj'. Me llamó ‘spanjool' (qué le habría picado). Esta es de la época de la Guerra de los Ochenta Años, de cuando los españoles entraron en su territorio. Cuando un holandés te dice ‘spanjool' - así seas mujer: no expresa género, es término fósil - notas que les sale de muy dentro, y como que la palabra tiene vida propia. Creo que ellos mismos se sorprenden en el momento de soltarla, se sorprenden de guardar dicho término en su fondo léxico; y callan unos segundos después de la emisión. Es como un eructo. Y calculo que en toda su vida la usan sólo un par de veces.

21 comentarios

maría -

Agrego: el fascista amenaza con dejarte sin empleo. Así consigue el silencio de los demás. Por eso callan. Creen que se salvarán si colaboran. Ese es otro punto importante.

nelson -

Totalmente de acuerdo!

Anónimo -

El fascista trata de crear conflictos, y lo hace ver. Por ejemplo, despide a los profesores extranjeros de la enseñanza, pero aumenta el salario de otros. Los otros aceptarán callados, porque les conviene. Y seguirán callándose, porque ya se saben cómplices. Así enlaza el fascista a unos con otros: haciéndoles cómplices. Recordad que el fascista es cobarde y que necesita hacer cómplices a los demás para decir luego que lo hizo en su nombre.

Anónimo -

Una característica del fascista es que no le basta con legislar. La legislación del fascista va siempre dirigida contra algún grupo. Pero al fascista, aparte aplastar por ley a otro grupo, le gusta hacerlo ver, le gusta insultar al vencido, le gusta mostrar a sus superiores lo bien que lo hace. Por eso el diputado fascista siempre tiene algo odioso que decir sobre otros grupos. Es la naturaleza demoníaca del fascista.

Anónimo -

Al fascista le gustan los asuntos militares. Les gusta hablar como perro que ladra (les parece elegante!). Les gustan los eslóganes militares y cortos, como gritos de guerra. Les gustan los grupos, porque se sienten seguros en la jauría.

Anónimo -

Muchos líderes fascistas son medio histéricos. En general, son arrogantes (es un axioma: mientras menos significan o valen, más arrogantes son): recuerden a Hitler, Mussolini, la Thatcher. Les brillan los ojos. Agitan los brazos. Miran al vacío cuando se les pregunta algo. Responden como muñecos autómatas, sin mostrar expresión. Mantienen una expresión rígida sin mostrar emociones. Y, curioso, suelen tener tics militaristas, como llevarse la mano a la sien o chocar los tacos de los zapatos. Se tienen de pie tiesos como palos.

Anónimo -

El fascista piensa como lacayo (ya lo vimos). Por ejemplo, quiere hacerte creer que le interesa que los extranjeros hablen su idioma, pero si el extranjero es un patrón o alquien superior a él y le paga, ya no le importará y hará una excepción. Así, se hace amigo de los ricos, y se enriquece un poco él mismo, y ataca a los que él cree que son enemigos de su patrón. El fascista es como un perro guardián.

Anónimo -

El fascista quiere hacer coincidir su fantasía criminal con la realidad. Dirá que los extranjeros no trabajan; al mismo tiempo, les impedirá trabajar.

Anónimo -

El fascista es de naturaleza vil y busca siempre el provecho personal, aunque lo oculta. Por ejemplo, no le bastará con reducir los ingresos o quitar los ingresos a los extranjeros (o a los viejos, o a los pobres), sino además querrá quedárselos él mismo. Cuando en la época de la guerra los vecinos nazis denunciaban a sus vecinos judíos, lo hacían para cumplir con la nueva ley y para quedarse con la casa y las cosas del judío expulsado. Así es el fascista.

Anónimo -

Tiende el fascista asociarse con gente rica que lo financie: es curioso, suelen ser corredores de propiedades y gente de la banca. Es un común denominador internacional.

Anónimo -

Tiende el fascista a llevar estilos algo militares al vestir (chaquetitas cortas, botas). Y también le gusta la elegancia dandy. Es para ocultar origen. Y para ocultar su alma enmerdada.

Anónimo -

Se han criado en hogares rígidos, en ambientes familiares violentos (padre policía o acreedor, etc.)

Anónimo -

Por ejemplo, es común que esos líderes provengan de trabajos como guardia de prisión, acreedor, profesores de gimnasia, porteros.

Anónimo -

El líder fascista proviene de estratos sociales bajos; de ahí sus ganas de quedarse en el poder, que significa privilegios.

Anónimo -

Los jefes fascistas tienen poca educación. Es por eso que no pueden competir en plano de igualdad con otros, y por eso enfatiza contrastes que le convienen. Por ejemplo, ya que el extranjero es más inteligente, el fascista va a destacar no el IQ sino el dominio del idioma y tener 10 en gimnasia y otras sandeces.

Anónimo -

Sigo. Para quedarse en el poder, el fascista hace cualquier cosa. No tiene derecho legítimo al poder, por eso enfatiza las decisiones de fuerza.

Anónimo -

Sigo. No tiene inteligencia, por eso destaca las cosas físicas: es lo único que puede aprender a hacer bien. Sabe pegar saltos el orangután fascista, pero no sabe pensar.

Anónimo -

Porque lo único que puede ofrecer es violencia y fuerza y represión. No tiene nada más. De ahí viene también el énfasis en lo físico. El fascista tiene músculos, nada más, pero es cobarde. Eso lo hace peligroso.

Anónimo -

Por qué necesita el fascista un clima de inseguridad para surgir? Porque no tiene nada que ofrecer, excepto miedo. Por eso son capaces de montar asesinatos (como en Macedonia y Bosnia) para hacer creer que la situación de inseguridad es muy grande.

ric -

La verdad: yo creo que gente así -nazis- debe ser castigada con dureza y de manera muy muy definitiva.

Anónimo -

Su apellido es Simonz. Vive en uno de los canales. Es pintor, igual de malo que Hitler. Le conozco. Te ayudaré.