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ámsterdam del alma

buscando que le peguen


¿Recuerdan ustedes al indeseable vecino del que les hablé hace un tiempo, que me había denunciado a la corporación de viviendas porque él había ‘nacido y crecido en ámsterdam', decía, mientras que yo era una hispana, y no merecía, por tanto, el mismo trato? Quiere quedarse con mi casa, que es mejor que la suya. Bien, este huevón de marras llamó ayer a los bomberos. Llegaron a toda bocina, para acabar entrando en el edificio y no encontrar ni la colilla de un pito. Y echando chispas se fueron, con razón, los elegantes y diligentes muchachones, con todo su instrumental, y esos uniformes de corte tan clásico y telas tan nobles, que hasta la puerta de mi apartamento llegaron -tres- soliviantándome.

Y es que el estúpido de mi vecino parece que discutió con el vecino de debajo de él, uno que siempre viste de negro (cuya casa dicen que es totalmente negra también - Marylin Manson tenía en su mansión de Beverly Hills una habitación toda de blanco para tomar drogas blancas {fue allí donde le pasaron una vez una papela de anestesia para caballos en lugar de coca que le provocó experiencias desesperantes}-), por lo que se le ocurrió echarle a los amables bomberos -como si de perros se tratase-, que llegaron cinco minutos después de que el huevón abandonase el inmueble.

Cuando más tarde me encuentro con el de negro, este me cuenta que el delator, ‘por si no lo sabes', le ha escrito una carta a Cohen, el alcalde, diciéndole que 'eres ilegal or something'. Claro, ya me había amenazado el infame (‘no te conviene tratarme mal en tu situación') en cierta ocasión. En este mismo barrio, en la época de los nazis, con perdón, los vecinos que traicionaban a los judíos tenían derecho a quedarse con casa y propiedades del traicionado. ‘Te ha traicionado', me decía el señor de negro. Ahora me explico la pintada que apareció aquella vez en el portal del edificio: una estrella judía con el texto ‘Judas' escrito en violentos trazos. El de negro sabe mucho. Y lo tranquilicé, parece. ‘Yo flipo', me dice, ‘pero socialmente soy correcto. Él me amenaza.' ‘No puede hacerte nada', le digo. ‘No le hagas caso. Las cartitas que me mete a mí en el buzón desde luego que nunca se las respondo... si ni le hablo'. Parece que el señor de negro se pasa el rato respondiendo atormentado a las misivas del huevón delator. Teoría al hilo: el delator, cuya ideología es probadamente nazi, con perdón, considera la lengua escrita un medio de manipulación, dominio. He leído varios textos suyos, y me doy cuenta de que pretende él esmerarse en sintaxis y destacarse léxicamente. El de negro, débil y nervioso, sudoroso, de culpa solera en la conciencia y estudios primarios redondeados es fácil presa. Hasta hoy, me dijo. Tras la conversación conmigo tuvo valor para ir a comisaría y denunciarlo. Que no nos pase na.

En palabras mayores, lo peor de todo es que este ayuntamiento estimula a inmundicias como la de al lado. Se inició hace un tiempo campaña: afiches y flyers por toda la ciudad con foto de timbre de vivienda iluminado por linterna en mitad de la noche, y el texto encima: ‘Quién Vive Aquí?' de horribles reminiscencias de película con arrestos nocturnos pavorosos. Y pensar que el alcalde es judío... Por qué habrá abierto semejante veda. ¿No verá que la estructura es la misma que en el caso de Anita, siempre Anita?

2 comentarios

ricky -

Amsterdam es una ciudad especial y será difícil ver el fascismo en acción, aunque se puede. Hay que tomar en cuenta que en la ciudad los extranjeros de todo el mundo somos el 50% de la gente. A los refugiados no les verás en ninguna parte, porque se ocultan naturalmente para que no les agarren. Además, muchos de ellos no están aquí sino en provincias, donde los perros fascistas mandan y bailan. También toma en cuenta que muchos ya están en centros de acogida y otros en cárceles. Así que en Amsterdam todos emporrados no vemos a las víctimas de la perrería germano-fascista. (Digo germano porque los holandeses son una tribu de esa raza. Se volvieron a acordar de que lo eran en 1940-1945. Y todavía tienen memoria de dónde están sus lealtades: con la perrería germánica, enemigos de Occidente y de la cruz del pueblo de Dios. Limpiaculos de Hitler, hijos de nazis de sangre putrefacta.) Pero hay mucha gente buena entre ellos, a la que persiguen y encarcelan y apalean los mierdosos fascistas tal si fueran extranjeros. Esa gente buena existe y pelea como puede, pero lo tienen muy difícil.

Zorro -

Se nota algo raro el ambiente en Amsterdam, nosotros estuvimos hace una semana hace poco, lo que ocurre que la gente fuma tanto (maría) que no se enteran.¿ Los Holandeses quieren a los emigrantes?